El drama del niño dotado y la búsqueda del verdadero yoAlice Miller Con un lenguaje claro y accesible, sin los tecnicismos y la retórica propios del especialista, Miller analiza las causas que pueden conducir a lo que se conoce como pérdida de identidad. Muchas de las personas que leyeron este libro descubrieron que, en su infancia, también ellas (como en los ejemplos aquí citados) habían reprimido sus necesidades afectivas y sentimientos más intensos (la ira, la angustia, el miedo, el dolor) para conseguir así el afecto y la aceptación de sus padres. Esta actitud, según la cual la persona se comporta como cree que se espera de ella, supone a la larga un aniquilamiento de la propia personalidad: ya no es ella misma, sino que adopta el papel que los demás quieren que represente.
Tener hijos rebeldes ha sido uno de los mayores temores de los padres desde tiempos inmemoriales, y en familias con niños adoptivos, ni hablar. Para María Cristina Buitrago, coordinadora del programa Familia Adoptante de la Fundación Cran, es un mito creer que todos los niños adoptados son rebeldes. “Sí se presentan dificultades, pero no es una constante”, afirma.Especialistas en adopción coinciden en que los casos de rebeldía se presentan con mayor frecuencia cuando el niño es adoptado de los cinco años en adelante y cuando se entera tardíamente de su adopción, usualmente por un tercero. En el primer caso, la rebeldía se debe a que es más consciente de su situación y le es difícil crear vínculos afectivos profundos, y en el segundo porque siente que han violentado su confianza y se siente irrespetado.Según la psicóloga Leonor Guzmán, graduada de la Universidad Javeriana con una maestría en Estructuras y Procesos del Aprendizaje, para superar los impasses en los que el niño se niega a obedecer, es necesario explicarle que su deber como papás es el de “educarlo y que él debe aceptar que en el hogar existan normas que cumplir para una convivencia pacífica y amorosa”. Guzmán, quien ha centrado su trabajo en el tema del desarrollo del niño y hace parte del equipo interdisciplinario para la formulación de una política pública sobre infancia, insiste en que es importante aclararle al niño que ellos tomarían las mismas decisiones y actuarían exactamente igual si él fuera su hijo biológico y que el problema va más allá de su procedencia.La especialista recomienda buscar la causa de la rebeldía y no confiarse en que la adopción sea la principal razón. En los casos en que los niños se enteran tardíamente de su condición, después de los 10 años, “es una reacción normal que un niño rechace a sus padres si estos le han ocultado la verdad; por lo tanto, ellos deberán argumentar muy bien las razones de esta “mentira”para sanar cualquier resentimiento que surja por parte del niño”, asegura.
Llegó la hora de hablar sobre la adopción
Algunos padres adoptivos preferirían que nunca llegara el momento de contarle a su hijo la verdad sobre su nacimiento. Muchos quisieran saltarse ese paso y mantener ese detalle guardado en el cajón de los secretos.Pero, sin importar lo que teman o quieran, todo niño llegado a una familia mediante esta vía debe saberlo. Ese es un derecho que no se negocia.María Cristina Buitrago, Coordinadora del Programa Familia Adoptante del Cran, trabaja con la Fundación hace cinco años. Allí, una de sus principales funciones es la de guiar a los padres en el proceso, siempre cambiante y lleno de sorpresas, de la adopción. “Para decirle a un niño sobre su condición de adoptado no hay fórmulas mágicas. No es que al año, dígale esto; al año y medio, muéstrele; a los tres años, llévelo. Depende de cada proceso, de cada familia. Todos lo viven diferente”, asegura.Lo que se aconseja a todo padre es que desde muy pequeño le vaya contando a su hijo la historia. “Preparamos a las familias para que hablen de la adopción desde el primer momento. No es que todos los días deban sentarse a decirle al niño que es adoptado, pero sí es un proceso que debe facilitarle la interiorización del tema”, dice.Aplazar la revelación es una decisión perjudicial que puede redundar en hijos rebeldes o problemáticos, porque sienten que han roto su confianza y, en algunos casos, se creen “no deseados”.Cómo vivir el procesoAunque no hay fórmulas mágicas, como dice Buitrago, en el Cran realizan talleres en donde los papás deben preparar un álbum con fotografías que ilustren el proceso de adopción. Este se convierte en el libro de la vida del pequeño y en material de respaldo para los padres cuando llega el momento de hablar. “También les aconsejamos ciertos cuentos, como el del Árbol de la vida, y les decimos que construyan una historia en donde incluyan sus nombres para que el niño poco a poco vaya entendiendo que hablan de él”, cuenta Buitrago.Si la revelación se hace con paciencia, delicadeza y, sobre todo, mucho amor, llegará el momento, como explica la especialista, en el que el niño sepa que es adoptado sin siquiera recordar con exactitud cuál fue el momento en que se enteró.
Tener hijos rebeldes ha sido uno de los mayores temores de los padres desde tiempos inmemoriales, y en familias con niños adoptivos, ni hablar. Para María Cristina Buitrago, coordinadora del programa Familia Adoptante de la Fundación Cran, es un mito creer que todos los niños adoptados son rebeldes. “Sí se presentan dificultades, pero no es una constante”, afirma.Especialistas en adopción coinciden en que los casos de rebeldía se presentan con mayor frecuencia cuando el niño es adoptado de los cinco años en adelante y cuando se entera tardíamente de su adopción, usualmente por un tercero. En el primer caso, la rebeldía se debe a que es más consciente de su situación y le es difícil crear vínculos afectivos profundos, y en el segundo porque siente que han violentado su confianza y se siente irrespetado.Según la psicóloga Leonor Guzmán, graduada de la Universidad Javeriana con una maestría en Estructuras y Procesos del Aprendizaje, para superar los impasses en los que el niño se niega a obedecer, es necesario explicarle que su deber como papás es el de “educarlo y que él debe aceptar que en el hogar existan normas que cumplir para una convivencia pacífica y amorosa”. Guzmán, quien ha centrado su trabajo en el tema del desarrollo del niño y hace parte del equipo interdisciplinario para la formulación de una política pública sobre infancia, insiste en que es importante aclararle al niño que ellos tomarían las mismas decisiones y actuarían exactamente igual si él fuera su hijo biológico y que el problema va más allá de su procedencia.La especialista recomienda buscar la causa de la rebeldía y no confiarse en que la adopción sea la principal razón. En los casos en que los niños se enteran tardíamente de su condición, después de los 10 años, “es una reacción normal que un niño rechace a sus padres si estos le han ocultado la verdad; por lo tanto, ellos deberán argumentar muy bien las razones de esta “mentira”para sanar cualquier resentimiento que surja por parte del niño”, asegura.
Llegó la hora de hablar sobre la adopción
Algunos padres adoptivos preferirían que nunca llegara el momento de contarle a su hijo la verdad sobre su nacimiento. Muchos quisieran saltarse ese paso y mantener ese detalle guardado en el cajón de los secretos.Pero, sin importar lo que teman o quieran, todo niño llegado a una familia mediante esta vía debe saberlo. Ese es un derecho que no se negocia.María Cristina Buitrago, Coordinadora del Programa Familia Adoptante del Cran, trabaja con la Fundación hace cinco años. Allí, una de sus principales funciones es la de guiar a los padres en el proceso, siempre cambiante y lleno de sorpresas, de la adopción. “Para decirle a un niño sobre su condición de adoptado no hay fórmulas mágicas. No es que al año, dígale esto; al año y medio, muéstrele; a los tres años, llévelo. Depende de cada proceso, de cada familia. Todos lo viven diferente”, asegura.Lo que se aconseja a todo padre es que desde muy pequeño le vaya contando a su hijo la historia. “Preparamos a las familias para que hablen de la adopción desde el primer momento. No es que todos los días deban sentarse a decirle al niño que es adoptado, pero sí es un proceso que debe facilitarle la interiorización del tema”, dice.Aplazar la revelación es una decisión perjudicial que puede redundar en hijos rebeldes o problemáticos, porque sienten que han roto su confianza y, en algunos casos, se creen “no deseados”.Cómo vivir el procesoAunque no hay fórmulas mágicas, como dice Buitrago, en el Cran realizan talleres en donde los papás deben preparar un álbum con fotografías que ilustren el proceso de adopción. Este se convierte en el libro de la vida del pequeño y en material de respaldo para los padres cuando llega el momento de hablar. “También les aconsejamos ciertos cuentos, como el del Árbol de la vida, y les decimos que construyan una historia en donde incluyan sus nombres para que el niño poco a poco vaya entendiendo que hablan de él”, cuenta Buitrago.Si la revelación se hace con paciencia, delicadeza y, sobre todo, mucho amor, llegará el momento, como explica la especialista, en el que el niño sepa que es adoptado sin siquiera recordar con exactitud cuál fue el momento en que se enteró.
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Cuanto más cómodo se sienta uno con la adopción y su entorno, tanto más a gusto se sentirá el niño adoptadoEl contexto de adopción incluye un medio ambiente de socialización del niño: la estructura familiar y la práctica general de criar niños, las actitudes familiares relativas a la adopción y comportamiento, y la actitud general acerca de adopción en una comunidad grande. Este contexto puede ayudar a predecir como un individuo va a vivir el ser adoptado. Este medio ambiente familiar comienza desde el momento que el niño es traído a casa. Es mejor para los hijos adoptivos no recordar nunca una época en la que no sabían que eran adoptados. El hecho de que los padres acepten la adopción como parte de la vida de su hijo lo alienta a desarrollar un sentimiento similar. Es decisivo que los niños conozcan este hecho por boca de sus padres, y que ellos les presenten los datos de una forma positiva y abierta. La verdad desde el primer día de la adopciónLo que se recomienda es que desde el primer día en que el niño adoptado llega al nuevo hogar debe comenzar a practicarse una serena franqueza con respecto al tema de la adopción. Cuanto más cómodo se sienta uno con la adopción y su entorno, tanto más a gusto se sentirá el niño, y habrá más posibilidades de que la adaptación prospere. A parte de conscientizar a su hijo de que ha sido adoptado, la discusión temprana sobre adopción tiene dos propósitos principales. El primero es crear un sentimiento dentro de la familia que la adopción es un tema de conversación. Los niños pueden no entender que significa ser adoptado, pero si entienden que los padres se sienten cómodos hablando de eso. El segundo propósito es darle a los padres la oportunidad de practicar hablar sobre un asunto que envuelve sensibilidad y aspectos dolorosos. En un principio es común tener dificultades en la discusión de algunos aspectos de adopción. Esto es lo que le da más sentido hacerlo primero con un niño pequeño, a quien no le gusta estar muy atento, a diferencia de un niño mayor. Qué tan libres se sientan de preguntar, dependerá casi enteramente de la seguridad que sientan sus padres como padres adoptantes. Los niños son sensibles a captar sentimientos de ambivalencia en lo que se refiere a las respuestas de sus preguntas, e impartirles información significativa acerca de su adopción. El modo de informar determina la reacción del niño a la noticia.
Los expertos recomiendan que sean los padres que informen al niño la verdad de la adopciónLos padres de un niño adoptado se preguntan si deben decir al niño que él o ella es adoptado y cómo y cuándo deben de hacerlo. Ellos también desean saber si existen problemas especiales para su hijo.Los psiquiatras de niños y adolescentes recomiendan que sean los padres los que le informen al niño acerca de la adopción. Muchos expertos opinan que se le debe de informar al niño cuando es pequeño. Este enfoque le da al niño, a una edad temprana, la oportunidad de poder aceptar la idea e integrarse al concepto de haber sido "adoptado". Otros expertos creen que el hacerle esta revelación al niño a una edad muy temprana puede confundirlo, ya que éste no puede entender el evento. Estos expertos recomiendan que se espere hasta que el niño sea mayor.La adopción no es mala ni tampoco vergonzosaEn ambos casos, los niños deben de enterarse de su adopción de boca de sus padres adoptivos. Esto ayuda a que el mensaje de la adopción sea positivo y permite que el niño confíe en sus padres. Si el niño se entera de la adopción, intencional o accidentalmente, de boca de otra persona que no sea uno de sus padres, el niño puede sentir ira y desconfianza hacia sus padres, y puede ver la adopción como mala o vergonzosa, ya que se mantuvo en secreto.Los niños adoptados querrán hablar acerca de su adopción y los padres deben de estimular este proceso. En las librerías hay excelentes libros de cuentos que pueden ayudar a los padres a explicarle al niño acerca de su adopción.Reacción del hijo adoptado delante de la verdadLos niños reaccionan de manera diferente al enterarse de que son adoptados. Sus emociones y reacciones dependen de su edad y de su nivel de madurez. El niño puede negarse a aceptar que fue adoptado y puede crear fantasías acerca de la adopción. Frecuentemente, los niños adoptados se apegan a la creencia de que los dieron porque eran malos o pueden creer que fueron secuestrados. Si los padres hablan con franqueza acerca de la adopción y la presentan de manera positiva, es menos probable que se desarrollen estas preocupaciones.Todos los adolescentes pasan por una etapa de lucha por su identidad, preguntándose a sí mismos cómo ellos encajan con su familia, con sus compañeros y con el resto del mundo. Es razonable que el adolescente adoptado tenga un marcado interés en sus padres naturales durante esta etapa. Esta curiosidad expresada es común y no quiere decir que él o ella esté rechazando a los padres adoptivos. Algunos adolescentes pueden desear conocer la identidad de sus padres naturales. Los padres adoptivos pueden responderle al adolescente dejándole saber que es correcto y natural tener ese deseo. A los adolescentes que preguntan generalmente se les debe dar, con tacto y mediante una conversación dándole apoyo, la información sobre su familia natural.Problemas emocionalesEl niño adoptado puede desarrollar problemas emocionales y de comportamiento. Estos problemas pueden ser resultado, o no, de las inseguridades y asuntos relacionadas con el haber sido adoptado. Si los padres tienen inquietudes, ellos deben de buscar ayuda profesional. Un psiquiatra de niños y adolescentes puede ayudar al niño y a los padres adoptivos a determinar si se necesita o no ayuda.
En primer lugar es importante que el niño se entere por parte de los padres, si es a través de otra persona tomará la información como un secreto, como algo que hay que ocultar, además de crear una situación de desconfianza hacia los mismo, pues se sentirá engañado. Por todo ello es muy importante que sean los padres quienes se encarguen de dar las explicaciones pertinentes al niño.En segundo lugar, el tema debe ser tratado con naturalidad nunca como algo vergonzoso. Explicar al hijo que la adopción es una forma más de tener un hijo hará que esto la vea como algo natural. Se debe ir saciando la curiosidad del niño a medida que ésta va apareciendo, así, respondiendo paulatinamente a los interrogantes que el hijo plantee las explicaciones serán más coherentes y menos bruscas.El momento o edad de dar a conocer esta información es difícil de determinar. Algunos expertos recomiendan que el niño sea lo suficientemente mayor para comprender el proceso, y entender las explicaciones que le están dando sus padres. Mientras otros especialistas aseguran que debe introducirse el tema sin enmascararlo en exceso, puesto que, si se espera demasiado ha hacerlo, el niño puede sentirse engañado por sus propios padres y, por ello, no es conveniente que ningún hijo tenga recuerdos de antes de conocer su situación.Existen muchos cuentos que servirán de apoyo a los padres a la hora de hacer entender a al niño la situación. Libros de ayuda y publicaciones que facilitarán la situación y permitirán que el hijo entienda sin tapujos lo que ha ocurrido, que no es un hecho malo, y que sigue nada ha cambiado respecto a su pertenencia a la unidad familiar a pesar de haberse enterado de la adopción.Es importante, para los padres, tener en cuenta que la etapa adolescente es muy compleja para los jóvenes, sean o no adoptados. Es un período de hacerse preguntas, una etapa de lucha por su identidad, el adolescente se hace preguntas sobre cómo encaja con su familia, con sus compañeros, con el resto del mundo. Es normal que el adolescente adoptado desarrolle en esta etapa un marcado interés por sus padres biológicos. Es un hecho común que no implica que esté rechazando a los padres adoptivos. Algunos pueden llegar a querer conocer la identidad de sus padres naturales. La función del padre adoptivo es hacerle saber que es correcto y natural tener ese deseo. Lo más recomendable es que se les dé esa información, con tacto y mediante una conversación dándole apoyo.Te damos ahora resumidas 5 claves para dar a tu hijo esa información tan importante:1. Para poder ayudar a un hijo, primero tiene que estar muy bien aclarado y situado en la pareja el tema de la adopción.2. Compartir la historia personal de los hijos con ellos, está muy bien. Se pueden incluir los detalles y anécdotas que se conozcan sobre, por ejemplo el día de su nacimiento, sus antecedentes genéticos, y las experiencias y relaciones anteriores a su inserción en la familia.3. No se debe olvidar reafirmar permanentemente el lugar que el hijo ocupa en la familia. Esto le ayudará a calmar posibles temores.4. Animarlo a que exprese y comparta sus sentimientos propiciará un clima más sosegado y ayudará a los padres a saber en qué situación emocional se encuentra su hijo.5. Por último es bueno ayudarle a externalizar su responsabilidad por las decisiones que sus padres han tomado. Cualesquiera que sean las razones para su ofrecimiento en adopción, el niño necesita estar seguro de que las cosas no han sucedido por su culpa.
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La verdad por encima de todoLas conversaciones con tu hijo deberán ser adecuadas a su etapa de desarrollo, temperamento e influencias externas. Los hijos adoptados durante su temprana infancia experimentan el dolor de la separación de sus padres biológicos. Todos los niños adoptados deben ajustarse a las nuevas imágenes, nuevos sonidos, nuevos olores y nuevas experiencias. Durante las etapas preverbal y verbal temprana, los padres tienen una perfecta oportunidad de comenzar a compartir con el niño el tema de la adopción de una forma tranquila y cómoda, para edificar así los cimientos de futuros diálogos. Cuando su hijo adoptado es pequeño- Utilice con frecuencia la palabra adopción. Eso les dará la oportunidad de acostumbrarse a decir la palabra sin sentirse incómodos ni molestos.- Utilicen la palabra adopción en un momento en que sientan próximos a su hijo.- Utilicen la palabra adopción de forma espontánea. No la digan con demasiada frecuencia, sólo cuando parezca natural hacerlo. Tu hijo, por supuesto, no comprenderá estas conversaciones, pero comenzará a familiarizarse con el término adopción y con los tonos que empleas para referirse al tema. Es en la etapa infantil cuando se debe preparar una comunicación abierta sobre adopción, lo que dará buenos frutos más adelante. Sean sinceros consigo mismos de modo que puedan ser sinceros con tus hijos. Sois una familia adoptiva y no pueden cambiar ese hecho. Tus hijos tienen el derecho de saber, cuando sea posible, acerca de sus antecedentes y de su adopción. Si intentan ocultarles los hechos, ellos se sentirán engañados y traicionados cuando a la larga descubran los secretos ( y lo harán). A medida que sus pequeños muestran más curiosidad con respecto a la vida y el nacimiento, estarán más interesados en qué papel juegan ellos en el esquema de la existencia.Hijos adoptados de un a tres años de edadDe 1 a 3 años los niños están muy ocupados ganando control de ellos mismos y del mundo. Físicamente, el control real comienza durante esta etapa, control de esfínteres, de caminar, de auto-alimentarse, de sus padres a través del no, etc. Alrededor de los 3 años, el niño comienza a aprender acerca de la familia y a concentrar sus intereses en cómo y cuándo nació. Antes de que tus hijos puedan entender el proceso de la adopción y las diferentes formas en que puede estar constituida una familia, es necesario que comprendan las formas por las cuales se puede tener un hijo.Es alrededor de esta edad cuando comienzan a preguntarse si crecieron en la barriguita de su mamá; por lo tanto, he aquí un momento oportuno para explicarles el proceso de adopción y las diferentes formas en que un niño pueda ingresar en una familia.Cuando tu hijo le interrogue sobre el nacimiento y la adopción- prepárese para ser interrogado- considérelo como una oportunidad- conteste solamente lo que le preguntan, no entre en detalles. Estas preguntas son características de las que formulan todos los niños, y sus hijos no serán una excepción:¿Cómo salió el bebé?¿Nací yo de esa manera?¿Estuve yo en tu barriga, mamá?¿Por qué no crecí yo en tu barriga?Explique a tu hijo que los bebés salen por una abertura especial que tienen todas las mujeres, y que todos nacemos de esa manera. Que él no creció en tu barriga, pero creció en la de otra señora y ya cuando él había nacido, vosotros lo adoptaron. Hágale saber de lo muy felices que estáis por su nacimiento y de que él forme parte de toda la familia. Cuando tu hijo pregunte por qué no creció en tu barriga, le puedes contestar que lo intentó pero que no lograron. Y él tuvo que venir de otra barriga. Si lo desea, añada que tu querías tener un hijo, de modo que él creció en la barriga de otra señora, y cuando nació, vosotros fuisteis a buscarlo y lo adoptaron.No trate de decir a tu hijo más de lo que él puede entender. A medida que crezcan, las informaciones también crecerán y serán más adecuadas para ellos, según la edad que tengan.Es importante hablarle, no sólo de su historia después de ingresar en la familia, sino también acerca de sus orígenes y sus progenitores. Este concepto de una historia de vida global resulta crítico para el desarrollo de su identidad, y debe incluir todo lo que sepas respecto del día en que él nació. El niño necesita saber que su nacimiento fue igual al de todos los otros niños, que forma parte de una familia, y que las familias están compuestas por personas que viven juntas y se aman unas a otras.Hijos adoptados de tres a cinco años de edadDe 3 a 5 años, el niño se está alistando para la próxima etapa: enfrentarse al mundo. Comienza a desarrollar la habilidad de explorar, de iniciar proyectos y cuestionar todo lo que ve. Todas esta habilidades le ayudan a continuar la separación de sus padres, a prepararse para salir del mundo seguro de la casa al afuera salvaje y desconocido. Y en el momento que se asome al mundo exterior, va a comenzar a confrontar el hecho de su propia adopción. Debido a que en el niño pequeño su habilidad de pensamiento es tan rudimentaria, generalmente tiene problemas para entender las implicaciones de ser adoptado. Hijos adoptados de seis y siete años de edadComenzando cerca de los 6 ó 7 años, el niño puede diferenciar entre adopción y nacimiento como modos alternativos de formar una familia. En otras palabras, reconoce que aunque todos entran al mundo de la misma manera, por el nacimiento, la mayoría de los miembros de las familias lo hacen naciendo dentro de ella. También reconoce que ser adoptado significa tener dos pares separados de padres ( los que me concibieron y los que me acogieron y educaron. Los niños comienzan a preguntarse acerca de su madre biológica; las preguntas sobre sus padres biológicos suelen llegar algo más tarde. Este es un buen momento para mostrarles fotografías, cartas o recuerdos de sus padres biológicos. Si no se saben las respuestas a sus preguntas o si la historia involucra un pasado complejo o penoso, conteste con "quizás" evasivos, mientras reafirma el valor de las personas involucradas y la dificultad de su situación antes de la ubicación de su hijo. Permitiéndole que piense sobre el tema, e incluso que fantasee sobre sus padres biológicos, induzcas a tu hijo a aceptar su rol en la familia y a desarrollar un grado positivo de autoestima. Sus curiosidades pueden derivar en temores acerca de temas como que sus padres biológicos aparezcan para reclamarlo, por ejemplo; por eso es tan importante que compruebes que él comprende bien el proceso y la razón de su adopción. El silencio y la evasión posiblemente harán que el niño piense que hay algo erróneo en sus orígenes y consecuentemente, que hay algo malo en él. La alternativa es decirle al hijo la verdad de lo que pasó; esto puede ser muy duro tanto para los padres como para el hijo, ya que en el fondo hay una verdad difícil de aceptar. Pero es más dañino no decírselo, ya que el niño percibe misterio, inquietud y silencio acerca del tema de sus padres biológicos y de su origen. Esta distinción entre nacimiento y adopción es muy importante, es la base de un significado y entendimiento más profundo que emergerá más adelante. Los niños en edad escolar incrementarán su capacidad para la solución de problemas. El aumento de pensamiento lógico, incremento de sensibilidad al punto de vista de otros, y experiencia en el salón de clases contribuye a este proceso. El niño adoptivo en edad escolar, por primera vez hace un esfuerzo espontáneo para considerar seriamente las circunstancias que rodean su nacimiento. Por mucho que los padres adoptivos lo intenten, será difícil evitar que sus hijos tengan sentimientos de pérdida y aflicción por los que inevitablemente pasan. Sin embargo, se los puede ayudar a que superen estas situaciones difíciles, validándoles tus sentimientos. En aquellos casos en que tu hijo requiera alguna información que no se encuentra en tu poder, ofrézcale ayuda para encontrarla. Un entendimiento joven que emerge de la familia también complica sus sentimientos acerca de ser adoptivo. Niños pequeños, generalmente menores de 7, definen familia primariamente en términos geográficos: su familia está compuesta por las personas que viven en casa. No se ve la conexión biológica como necesaria para ser miembro familiar. Esto significa que los niños pequeños aceptan fácilmente la afirmación de sus padres adoptivos que son parte de la misma familia y así va a ser para siempre. Hijos adoptados de siete y ocho años de edadPero cerca de los 7 u 8 años, el niño comienza a reconocer que la familia normalmente se define en términos de relaciones consanguíneas. Viéndolo así, no tienen vinculación biológica con sus padres, pero si tienen padres biológicos ( y posiblemente hermanos biológicos), en alguna parte, y aquí algunos niños pueden comenzar a expresar confusión acerca de su lugar como miembro de la familia... Además, este periodo se caracteriza por el desarrollo de la lógica recíproca. Con respecto a la adopción, el desarrollo de la lógica recíproca ayuda a sensibilizar al niño en el asunto del abandono. Para los niños jóvenes, los padres adoptivos hablan acerca de la adopción enfatizando su deseo de tener un hijo y construir una familia. El niño, a medida que la historia avanza, necesitaba un hogar, y los padres adoptivos lo escogieron para ser parte de la nueva familia. Lo que usualmente no se discute es por que el niño necesitaba un hogar. Una vez que el niño entra en un periodo de pensamiento lógico, se percata de que para haber sido elegido, primero tuvo que haber venido de algún lugar, lo que significa que fue abandonado. Durante este tiempo, el niño comienza a entender adopción no solo en términos de construcción familiar, sino también en término de pérdida familiar.Hijos adoptados de nueve a doce años de edadEntre los 9 y 12 años, los chicos logran una comprensión más profunda de lo que significa el proceso adoptivo. Quizás aflore en esta época los primeros signos prematuros de tristeza o pesadumbre, a medida que los niños comienzan a resolver problemas, establecer prioridades y buscar relaciones. Es también en estos momentos en que empiezan a ver el lado público de la adopción y a comprender que, socialmente, son diferentes a sus amigos, aunque tal vez todavía no comprendan bien por qué esta diferencia debe importar. Los niños están más capacitados para procesar información embarazosa sobre su adopción que cuando llegan a la adolescencia. Si la historia de su hijo incluye situaciones desagradables, sin embargo, asegúrese de conversar y compartir con él los hechos sin emitir juicios sobre ellos. Hijos adoptados adolescentesEntre los 13 y 15 años es bastante común que su joven hijo adolescente no quiera frecuentar a sus padres biológicos ni a los adoptivos. Esta es una época particularmente difícil para la mayoría de los jóvenes, en la cual desean asimilarse a su entorno y no ser diferenciados por ninguna característica, sea esta cual fuere. Desde los 16 años en adelante, como sucede con la mayoría de los jóvenes, los adolescentes adoptados están constantemente tratando de descubrir cómo encajan en el mundo que los rodea, así como procurando establecer su propia independencia. Frecuentemente, este es un período en que muestran un inusitado interés por los temas de la adopción y por obtener informes acerca de su familia biológica. A medida que los adolescentes se desarrollan sexualmente, comienzan a analizar las diferentes opciones que sus padres tenían, y muchas veces juzgan sus acciones y decisiones. También luchan constantemente por lograr su propio equilibrio entre las influencias genéticas y las del medio ambiente.