
Estafan a familias de EE. UU. con adopciones falsas
Promotores de niños guatemaltecos usan Internet para cometer fraudes. (Foto Prensa Libre: Archivo).
Por emilio godoy
Ciudad de México. Varias familias estadounidenses perdieron miles de dólares al ser defraudadas por una agencia de adopción de infantes guatemaltecos con sede en Estados Unidos y sus intermediarios.
Entre el 2006 y el 2007, esos matrimonios norteamericanos trataron de adoptar legalmente a menores guatemaltecos por medio la agencia Main Street Adoption Services (MS), con sede en Lancaster, Pennsilvania, y la intermediaria Marcia Del Carpio y/o Milagro Del Carpio.
Pero después de innumerables trámites, engaños y el pago de más de US$200 mil, las familias norteamericanas se quedaron con las manos vacías.
En varios de los casos, la mecánica fue la misma. Los padres potenciales hallaron la foto de un bebé en una página electrónica, se comunicaron con la agencia para iniciar el proceso, efectuaron un pago inicial, hicieron varios trámites —todo a control remoto— e incluso viajaron a Guatemala para conocer a sus futuros hijos.
Sin embargo, regresaron a sus hogares sin nuevos integrantes de la familia.
En busca de una niña
En uno de los casos, los ciudadanos estadounidenses Guy Turi y Melissa Balistreri-Turi, radicados en Illinois, encontraron, hacia finales de febrero del 2007, a G, una niña de 11 meses de edad, en el sitio www.precious.org, y enviaron una solicitud sobre ella. La agencia respondió que la menor había sido “tomada”.
A inicios de abril, la pareja recibió un correo electrónico de MS, por si era de su interés una niña de 18 meses, llamada M.A.R.D. Los norteamericanos llenaron el cuestionario en línea para hacerles saber a los segundos que les interesaba la menor. Inmediatamente, recibieron un contrato que tendrían que enviar por fax y realizar un depósito inicial para empezar el proceso.
Días después, el matrimonio dijo a los responsables de la adopción que una vez recibieran reportes médicos aceptables, transferirían el dinero.
MS aseguró que enviaría informes mensuales y fotos de la niña, lo que llevó a los estadounidenses a entregarles US$3 mil.
Hacia junio, el ADN estaba completo y encajaba con la madre biológica y la niña, por lo cual la agencia demandó la siguiente cuota —US$9 mil 500—, que fue entregada por los candidatos a padres para poder visitar a la pequeña.
A mediados de julio del 2007, el matrimonio Turi les envió un correo electrónico recordándoles que estaban por viajar a Guatemala para visitar a M, a lo cual los responsables de la agencia de adopción respondieron que la llevarían a su hotel.
Pero ya en Guatemala, nadie apareció. Los oferentes de la niña llamaron a la pareja para informarles que la madre biológica había reclamado a la niña 11 días antes de que ellos viajaran.
Antes de abandonar ese país, les ofrecieron a la pareja otra niña —M.O.R.J., de 20 meses—, a lo cual accedieron, y a quien conocieron días después.
Sin embargo, la adopción no prosperó, pues la agencia no completó el trámite, por lo cual la pareja quedó con US$25 mil menos en su cuenta bancaria.
Persecución legal
Por esa razón, los Turi demandaron, junto a otros cinco matrimonios estadounidenses, ante la Corte del Distrito Este de Michigan a MS, a Nina Heller, su directora ejecutiva; Bob McClenaghan, su director, y Del Carpio, por enriquecimiento ilícito, conspiración civil, engaño fraudulento, engaño ingenuo, provocación intencional y negligente de angustia emocional.
Joni Fixel, abogado de la firma Fixel Law Offices y representante legal de los matrimonios estafados, dijo a Prensa Libre que desconocía el paradero de Del Carpio y si había un acuerdo entre ella y la agencia para engañar a sus clientes.
“Podríamos descubrirlo o no durante la fase investigativa del litigio”, indicó en consulta efectuada por correo electrónico.
Del Carpio, quien era el contacto con las supuestas madres biológicas y las cuidadoras de los niños, se habría embolsado miles de dólares entregados por las familias estadounidenses, y estaría por montar un servicio de adopciones de infantes colombianos.
Del Carpio colaboró a inicios de esta década con la agencia de adopciones The Florence Crittenton League, una organización sin fines de lucro localizada en Lowell, Massachussets.
En enero pasado, una nueva ley guatemalteca en la materia cobró vigencia y surgió, además, el Consejo Nacional de Adopciones (CNA), único responsable de aprobar la entrega de un menor a una familia sustituta.
El CNA decidió, en septiembre recién pasado, suspender por tiempo indefinido los procesos de adopción en un mercado valuado en unos US$200 millones anuales.
Mientras en la década pasada se cedían unos cien infantes guatemaltecos al año, esa cifra llegó a unos siete mil en el 2007, con lo cual Guatemala se transformó en el principal exportador mundial de menores, seguido de China, en una actividad que carga con muchos interrogantes sobre la limpieza de las prácticas de adopción y el origen real de esos menores.
El destino de uno de cada cien niños guatemaltecos fue Estados Unidos, según estadísticas del gobierno de esa nación. Por cada infante adoptado, las agencias pudieron ganar entre US$20 mil y US$50 mil.
En Guatemala, los acusados tenían por representantes a William, Byron y Héctor, cuyos apellidos no precisa la demanda, la cual tampoco señala dónde pueden ser localizados.
Prensa Libre intentó, sin éxito, comunicarse con los señalados. La página electrónica de MS es inaccesible y su teléfono de Pennsilvania remite a un buzón de mensajes automático.
El teléfono de Del Carpio en Orlando, Florida, está desconectado o fuera de servicio, y se ignora su paradero.
Historia de mentiras
En la demanda se señala que MS recurría a pretextos, como la ausencia de madres biológicas, familias que volvían por sus hijos y el estatus de los expedientes para retardar las adopciones.
“MS llevó a cabo un esquema para defraudar a sus clientes mediante un sistema de oferta de niños a los nuevos padres y pedir el envío de un ilusorio contrato firmado y de miles de dólares”, cita el expediente de la demanda, de 56 páginas de extensión.
Mediante este esquema, MS consiguió dinero de las familias norteamericanas que intentaban adoptar, y exigió pagos transferidos por cargos adicionales no especificados, con la amenaza de que si estos no eran cumplidos, la adopción se frenaría.
“El próximo paso es que los acusados respondan la demanda; entonces, la corte llamará a los abogados a una reunión para definir las fechas del proceso legal”, explicó Fixel.
Trámites
Historias de engaños y amenazas
Shaun Nugent and Christine Denton, otros de los acusadores, trataron de adoptar, primero, a unos gemelos, y luego a una niña de casi 5 años llamada M.E.O.M, objetivo que lograron luego de gastar más de US$170 mil —cifra exorbitante para casos de adopción— y dejar de lado los servicios de Main Street Adoption Services (MS).
Nugent y Denton padecieron engaños, negación de documentos, citas canceladas y amenazas. Por una situación similar también atravesaron Lisa y Sam Wells, residentes en Luisiana. Al interesarse en octubre del 2007 por K.O.L., una niña guatemalteca; pagaron US$6 mil para cubrir “los primeros gastos”. Pero el trámite no avanzó, pues, según la versión de los acusados, no pudo practicarse el examen de ADN, porque la madre biológica no apareció.Luego de ello, en febrero del 2008, procedieron a hacerse cargo de otra niña, E.L.M.R., pero quedaron atrapados en medio de una disputa entre Del Carpio y un pediatra y obstetra de apellido Rubio, quien estaba involucrado en la adopción. Nuevamente, el problema fue la ausencia de la madre biológica para la entrevista de rigor en la embajada estadounidense en Guatemala.A la fecha, los Wells no han podido adoptar a la menor. “Los acusadores fueron involucrados en una adopción, en la cual los acusados no hicieron nada para completarla. Repetidamente, dieron información falsa y muestra de su conducta antiética, falta de seguimiento y engaños retrasaron la adopción”, cita la demanda.Linda y George Wood, radicados en Illinois, fueron víctimas del mismo truco. En enero del 2007, mostraron interés en adoptar a la menor J.A.DL.G., luego de lo cual los acusados aseguraron que contaban con el examen de ADN. En noviembre de ese año, la Procuraduría General de la Nación aprobó la adopción, pero esta se cayó porque la agencia aseguró que la madre biológica se había echado atrás en su decisión de ceder a su hija.La adopción nunca se llevó a cabo y el matrimonio Wood perdió casi US$30 mil.Desde agosto del 2006, Alice Buffington y Daniel McCoy, de Michigan, han tratado de adoptar a S.G.G.L., cuya custodia se encuentra en un trbunal de Menores de Guatemala.El proceso les ha costado al menos US$20 mil, sin que los acusados hayan podido concluirlo exitosamente.Kelleen y Todd Urbon, residentes de Illinois y con experiencia en adoptar niños extranjeros, iniciaron en mayo del 2007 gestiones para adoptar, primero, a A.A.G.L., y luego, a D.E., en las cuales fueron despojados de US$20 mil.
Buscan resarcimiento judicial
Seis familias estadounidenses presentaron demanda contra una empresa y tres personas, por cinco cargos criminales.
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BAJADA EN PISTA DE ESQUI EN VALENCIA



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Decenas de madres renuncian a sus hijos en el paritorio
Decenas de madres renuncian cada año a sus hijos en el paritorio de un hospital. La entrega de recién nacidos para la adopción es una decisión difícil y valiente que obedece a una sola razón: ‘No puedo asumir su cuidado’. Y es el contrapunto al hecho más dramático, el abandono en la calle.
Las 69 mujeres que el pasado año tomaron esa determinación en la Comunidad de Madrid, 54 en Cataluña, 43 en Andalucía, 27 en la Comunidad Valenciana y 19 en Castilla y León, según datos facilitados a Efe, son una parte de ellas.
En grandes hospitales, como los madrileños de La Paz y el 12 de Octubre, se entregan cada año en torno a una docena de bebés. Asistentes sociales y personal sanitario prestan el apoyo emocional y psicológico a la madre para intentar que sea lo menos traumático posible.
No existe un perfil determinado porque las situaciones son muy diversas, explica Soledad Pinedo, trabajadora social en el 12 de Octubre. Las menores de edad que renuncian al dar a luz son muy pocas, sí hay mujeres que tienen otros hijos que ya atienden con dificultades, y en los últimos años ha aumentado el porcentaje de inmigrantes.
Un colectivo éste que ha crecido -exponey es también más vulnerable por los problemas económicos, laborales, horarios imposibles de compaginar con el cuidado de un niño, el hecho de afrontar solas esa responsabilidad y falta de apoyo familiar, circunstancias adversas que se repiten.
Llegar al final del embarazo, cuando hay medios para evitarlo, y entregar a tu hijo, es duro y conlleva una larga reflexión. ‘La mayoría -señala Pinedolo tiene decidido porque saben que el niño va a estar bien cuidado, que tendrá unos padres que puedan cubrir sus necesidades, cosa que ellas no van a poder hacer’.
CONFIDENCIALIDAD
La protección de menores es competencia de cada comunidad autónoma y en los casos de renuncia hospitalaria existe un protocolo que garantiza a la madre biológica la confidencialidad de su determinación.
Generalmente, cuando una embarazada lo anuncia a su médico o en el hospital, es informada del proceso según la Ley de Adopción, y también de las alternativas para que pueda quedarse con el niño -ayudas sociales y económicas o una ‘guarda’ temporal del pequeño hasta que solucione su situación-, ‘de manera que sea una decisión tomada libremente, informada’, afirma Soledad Pinedo.
Si opta por la entrega, se notifica al servicio de adopciones de cada comunidad, que se encarga de seguir el proceso y buscar una familia idónea para acoger al pequeño. La madre firmará un documento de renuncia y, un mes después, por si hubiera decidido de forma apresurada, ratificará su voluntad ante el juez.
Llegado el parto, si la madre pregunta el sexo del bebé se le dice y puede verlo si quiere, ‘pero generalmente no lo piden. Es más difícil hacer esa renuncia una vez que han visto a su hijo’, relata Esperanza Martín, enfermera supervisora en el área de maternidad de La Paz.
Entonces el recién nacido es trasladado al servicio de Neonatología y la madre a una habitación individual ‘para que esté tranquila, no tenga otra mujer al lado con su bebé, no oiga los llantos..., y reciba el apoyo emocional que necesita’, señala.
SIN REPROCHES NI JUICIOS
Renunciar a un bebé ‘es una decisión muy meditada desde el embarazo. Son mujeres muy valientes por haber llegado hasta el final’, afirma Esperanza Martín.
‘Aparte de apoyo, respeto y no juzgarlas, lo que se puede hacer es informarlas de todos los recursos que tienen. La ignorancia es tremenda’, añade.
‘Deben saber que pueden dejar el bebé en un hospital, sin reproches, sin juicios, mejor atendido que si lo dejan en una papelera, en un portal o en un parque, expuesto a todos los peligros e inclemencias’, insiste Esperanza Martín.
Esta es la cara más amarga. Este mes, cuatro bebés han sido hallados abandonados en Madrid, Castellón, Valencia y Sant Pere Pescador (Girona).
Y son los últimos de una veintena de casos de los que se ha informado este año, según la base de datos de Efe, recién nacidos dejados a su suerte en los lugares más dispares: un portal, un parque, una iglesia o entre contenedores de basura. Siete de ellos fueron encontrados ya sin vida.
En esos casos, el niño es llevado a un centro de protección mientras la Policía busca al autor del abandono, un delito penado con hasta cuatro años de cárcel si ha habido riesgo para la vida del menor. Si se localiza a otros familiares, pero no quieren hacerse cargo de él, se entrega en acogida o adopción.
MAS ADOPCIONES NACIONALES
Los abandonos, siempre alarmantes, se mantienen en cifras similares cada año. Por el contrario, la impresión es que han aumentado las renuncias hospitalarias y, según la estadística, las adopciones nacionales.
En 2006, últimos datos proporcionados por las Comunidades, según el Ministerio de Educación, Política Social y Deportes, hubo 916 adopciones -bebés entregados, abandonos y menores en desamparo tutelados-, lo que supuso un cambio de tendencia de los últimos años y superó en más de un 30% las 691 de 2005.
Las adopciones de niños nacidos en España, según datos facilitados a Efe, mantenían una línea descendente desde 2002 -fueron 1.028-, en 2003 hubo 896, en 2004 fueron 828 y en 2005 se llegó a la cifra más baja, 691. En conjunto, las nacionales suponen menos del 20% del total de adopciones.
Es una decisión muy difícil ‘y muy dura’, insiste Esperanza Martín, quien recuerda todavía, por lo que le impactó, a una joven española que, apenas unas horas después de dar a luz, pidió el alta voluntaria.
‘Intentamos que se quedara, debía cuidarse -explica-, pero solo pensaba en marcharse, olvidar todo el episodio, que había sucedido en contra de su voluntad’.
Y no suele haber vuelta atrás, aunque cuenta el caso de otra mujer que ‘lloraba tanto, tanto, tanto, que todos estábamos angustiados con ella’.
Tenía otros tres hijos y muchos problemas, y dijo que el cuarto lo dejaba en adopción, ‘pero, llegado el momento, no podía’. Estuvo ingresada unos días más esperando a tomar una decisión. ‘Al final bajó a por el chiquitín y se lo llevó con ella’.