Existe la creencia en China de que si se atiende a un herido y se lleva al hospital, éste le acusará del accidente y le hará correr con todos los gastos de su curación
El caso del doble atropello de la niña de dos años y la desidia de los transeúntes en ayudarla ha sacudido los cimientos de la sociedad china. El Gobierno ha decidido premiar a la única mujer que acudió en ayuda de la pequeña. Los medios de comunicación reclaman el fin de la falta de valores morales y ético y una avalancha de criticas ha inundado las redes sociales chinas.
Chen Xianmei, de 57 años, se ha convertido, sin quererlo, en una ciudadana ejemplar en China. Simplemente porque actuó en conciencia y auxilió a la niña, que acababa de ser atropellada por una camioneta y luego por un camión, mientras otros transeúntes desviaban la mirada o la esquivaban con sus bicicletas.
Tras conocerse el caso, diferentes estamentos gubernamentales de Foshan, la ciudad del sur donde ocurrió el accidente, anunciaron ayer recompensas a esta mujer solidaria. Al final se impuso el sentido común y se acordó otorgarle un único premio de 20.000 yuanes (unos 2.300 euros). Xianmei anunció que repartiría el premio con la familia de la niña.
Pero esta mujer, que vive con su hijo y su esposa y trabaja de cocinera por las mañanas y recoge cartones por las tardes, le quitó importancia a su gesta. "Cuando veo a personas mayores que se caen, las ayudo. Alguien tiene que ayudar. Lo más importante es salvar una vida. No era más que una niña pequeña", declaró al Evening News Yangcheng.
Pero el caso ha sacudido la conciencia de la sociedad china. Los medios de comunicación se lamentan de la actitud de la sociedad. "Es una vergüenza y un escándalo", señalaba este martes un comentario publicado en el Diario del Pueblo, que insistía en que la sociedad china "debe condenar el corazón frío" de las personas que pasaron junto a la niña sin socorrerla. "La nación debe reflexionar como detener este declive moral", añade. Y el Diario Nocturno de Yangcheng, publicaba: "Lo único que se puede hacer es llorar. Llorar por la moralidad de la China de hoy".
Ciertamente, el relato del primer conductor que atropelló a la pequeña Yue causa perplejidad. El joven, de 24 años, explicó a la cadena de televisión Shanghai East que antes de entregarse a la policía telefoneó al padre de Yue para preguntarle si podían resolver el tema privadamente, pagando una cantidad de dinero. "Si hubiera muerto bastaría con una indemnización de 10.000 o 20.000 yuanes (entre 1.150 y 2.300 euros), pero si está herida en el hospital podría costarme cientos de miles de yuanes", añadió.
Este es precisamente el razonamiento que mueve a los chinos a no prestar auxilio. Existe la creencia de que si se atiende a un herido y se lleva al hospital, este le acusará del accidente y te hará correr con todos los gastos de su curación. El origen de este rumor hay que achacarlo a que en China la mayoría de la población tiene que pagar los tratamientos médicos de su bolsillo.
Pero el dinero, y se supone que la envidia, es lo que también ha generado críticas a Chen Xianmei, que ha tenido que oír quien la acusaba de haber ayudado a la niña simplemente por el deseo de darse publicidad. Comentarios que la nuera de Chen calificó de decepcionantes y planteó a los periodistas locales: "¿Realmente es tan difícil ser una buena persona?", según elChina Daily.
Esta misma pregunta era la que se hacían ayer muchos internautas en los foros de debate chinos, donde los comentarios oscilaban entre la ira y el asombro.por la desidia ciudadana. "La causa original es que la clase directiva baja a propósito el nivel de la moralidad del pueblo, porque es más fácil gobernar un pueblo sin moral", comentaba ayer un internauta, bajo el apodo de cpVSusa, en un foro de la web tianya.cn.
Información contradictoria
Las noticias sobre el estado de la niña, identificada como Yueyue, son contradictorias. Shanghaiist ha informado de que había fallecido a consecuencia de las lesiones producidas, pero otros medios han difundido que sigue con vida.
'The Daily Telegraph' ha identificado a la mujer que rescató a Yueyue como una barrendera de 58 años llamada Chen Xianmei. Algunos han alabado su actuación, pero otros han arremetido contra ella diciendo que sólo lo hizo para convertirse en el centro de atención, según se desprende de los mensajes difundidos en Sina Weibo y recopilados por el agregador online Storyful.
No es la primera vez que la sospecha recae sobre un buen samaritano en China. La agencia estatal de noticias Xinhua ha relacionado el episodio con una percepción de la moral en declive. "El beneficio y el materialismo afectan a los valores de la sociedad", ha subrayado.
Una corriente de opinión defiende en internet que las leyes deben eximir de responsabilidad a los samaritanos en este tipo de casos. Sin embargo, las leyes no pueden resolver por sí mismas el dilema moral de la sociedad.
Hace menos de dos meses un conductor de autobús fue acusado falsamente por los transeúntes de golpear a una anciana en el centro de la ciudad de Nantong tras detenerse a ayudar a la mujer, que yacía en el suelo. La mujer, de 81 años, se disculpó con el conductor, pero la noticia rebotó por toda la prensa china.
Responsabilidad en las lesiones
En enero, el periódico estatal 'China Daily' destacaba la necesidad de brindar mejor protección a los buenos samaritanos locales con una anécdota: "Después de desplomarse en una calle céntrica y permanecer en el frío pavimento durante media hora, tiempo en el que ninguno de los transeúntes lo ayudó, un hombre de 83 años murió. Al escuchar esta historia, ¿cómo definiría a esta sociedad? ¿Insensible?
En realidad, los peatones de la ciudad meridional de Fuzhou querían ayudar al anciano tendido en el suelo. Dos mujeres trataron de hacerlo, pero uno de los presentes dijo: "Mejor no lo toquéis. Luego te será difícil aclarar qué ha pasado". Las dos mujeres dudaron. Usaron sus móviles para llamar a la policía y al centro de primeros auxilios. Cuando llegó la ambulancia, el anciano había muerto.
Para el escritor Liu Shinan, el problema es que muchos en China temen que se les considere responsable de las lesiones que presenta la persona a quien están tratando de asistir. El temor no es infundado: en 2006 un hombre que ayudó a trasladar a una anciana a un hospital fue llevado a juicio por la familia de ésta y obligado más tarde a pagar gran parte de su factura médica. A partir de este caso, el número de peatones que ayudan a personas necesitadas de asistencia ha disminuido significativamente.
China enfrenta una ola de enfermedades crónicas
- Un deficiente sistema de salud significa que muchas familias pueden quedar en la pobreza
Las enfermedades crónicas representan más del 80 por ciento de las muertes en China, es decir, casi ocho millones en 2008
"No se permite fumar", le dijo una mesera. Wu asintió con la cabeza, pero terminó su cigarrillo marca "Doble Felicidad" antes de extinguirlo en el suelo de baldosas.
Escenas como ésta son típicas en China e ilustran los retos que enfrenta el país en su lucha contra la explosión de enfermedades crónicas, como males cardíacos y cáncer, dos de las principales causas de muerte en el país.
"Fumo porque trabajo en ventas y me ayuda a sobrellevar el estrés de cumplir los objetivos", dijo Wu, que tiene un poco de sobrepeso y cuyos dientes manchados opacan una sonrisa cálida. "Sé que es malo para mí y estoy tratando de dejar de fumar, pero todavía estoy muy sano y me siento optimista sobre el futuro", agregó.
La recientemente próspera China enfrenta un panorama sanitario muy diferente del que tenía hace apenas una generación, cuando todavía era mayoritariamente pobre y agraria. Las enfermedades que azotan a China también han cambiado.
Los padecimientos del corazón, el cáncer y las enfermedades respiratorias han sustituido a la hepatitis, la diarrea y la malaria, a medida que los empleos de oficina sustituyen a la agricultura, los coches reemplazan a las bicicletas y el cigarrillo sigue siendo obstinadamente popular.
Las enfermedades crónicas representan más del 80 por ciento de las muertes en China, es decir, casi ocho millones en 2008, según la Organización Mundial de la Salud.
China tiene una tasa de mortalidad por enfermedades respiratorias, como el enfisema, tres veces mayor que Estados Unidos. En otro nivel, los chinos son más saludables, pues apenas una cuarta parte de la población tiene sobrepeso, en comparación con dos tercios de los estadounidenses.
Las enfermedades crónicas son costosas. El Banco Mundial estimó en un informe de julio que reducir la tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares “las condiciones que causan ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares” en apenas uno por ciento anual durante tres décadas, podría generar un valor económico equivalente al 68 por ciento del PIB de China del año pasado, o de 10,7 billones de dólares.
El vertiginoso desarrollo económico de China en los últimos 30 años ha sacado a cientos de millones de la pobreza y ha trasladado a mucha gente hacia las ciudades. Sin embargo, un deficiente sistema de salud e inadecuados seguros del Estado significa que muchas familias pueden quedar en la pobreza si deben obtener tratamiento para enfermedades graves.
Las dietas poco saludables y estilos de vida sedentarios han colaborado en el aceleramiento de la explosión de enfermedades crónicas.
Lu Nanxu, de 28 años, dice que durante su juventud solía ser un jugador competitivo de patinaje sobre hielo en Harbin, una ciudad del gélido noreste de China. Ahora como adulto, trabaja como programador informático en Beijing y dejó de hacer ejercicio.
Sabe que necesita hacer ejercicio y comer menos para deshacerse de algo de sus 98 kilogramos (215 libras) de peso, que lo ubican como obeso para su estatura de 1,70 metros (5 pies y 8 pulgadas), pero no lo hace.
"Tengo un montón de tiempo para hacer ejercicio, pero soy demasiado perezoso", dijo con una sonrisa tímida en un restaurante de comida rápida japonesa. "Cuando termino el trabajo, prefiero ir a casa y navegar por internet o ver películas en mi computadora", agregó.
Una dieta alta en sal también es un problema importante en China. Los expertos creen que la hipertensión arterial es el principal factor de riesgo evitable vinculado con accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.
En promedio, los chinos consumen el doble de sal que el máximo recomendado por la OMS, según el experto de la organización para la seguridad alimentaria, el doctor Peter Ben Embarek.
A diferencia de Estados Unidos, donde la sal se consume generalmente a través de los alimentos industrializados como el tocino, el queso y la comida rápida, la ingesta elevada en sodio en China proviene del consumo liberal de las salsas de soja y ostras, así como del glutamato monosódico, un potenciador de sabor que se añade a sopas, guisos, fideos instantáneos y otros alimentos.
También contribuye la popularidad de las hojas de mostaza en vinagre, la col, el rábano y otros vegetales.
Otra importante causa de muerte es el tabaco, que está vinculado con un millón de muertes en China al año. Más de una cuarta parte de los adultos en China fuman: aproximadamente 350 millones de personas.
China trató en mayo de prohibir fumar en lugares públicos cerrados, pero en un país donde la mitad de los médicos fuma y los cigarrillos son presentados normalmente como regalos, tales restricciones son generalmente subestimadas.
Los restaurantes en Beijing se niegan a obligar a los clientes que encienden cigarrillos a que los apaguen. El Aeropuerto Internacional de Beijing se convirtió en 2011 en el primer puerto aéreo de China en quedar libre de humo, tres años después de que se suponía que todos los lugares públicos estarían libres para los Juegos Olímpicos.
En el principal hospital contra el cáncer de China ”el Instituto y Hospital de la Academia China de Ciencias Médicas para el Cáncer, en el sureste de Beijing” hay grandes señales de no fumar, altamente visibles en cada piso y la prohibición parece ser respetada estrictamente, pero se trata de algo inusual. En muchos hospitales las personas fuman en las salas de espera y en los corredores.
En el hospital del cáncer, en una sala de la unidad especializada en oncología del pulmón, un hombre de 55 años de edad aguarda desplomado en una silla, golpeando nerviosamente con el pie, a la espera de que su padre salga de consulta.
El hombre, que sólo quiso dar su apellido ”Li, dijo que dos semanas antes se enteró de que a su padre de 70 años de edad le habían diagnosticado cáncer de pulmón. Li dijo que le sorprendió tanto la noticia, que de inmediato renunció a su hábito de fumar una cajetilla y media diaria, así como la bebida.
Li dijo tener suerte de que el seguro de su trabajo en el gobierno cubrirá la mayor parte de los gastos para el tratamiento de su padre, pero otros no tienen tanta fortuna.
Después de varias décadas de financiar insuficientemente el sistema sanitario, China destinó recientemente 124 mil millones de dólares en la construcción de hospitales y a ampliar la cobertura estatal de seguros, pero todavía hay muchos chinos para quienes una enfermedad crónica grave ”como el cáncer” puede arrasar con los ahorros de una familia.
Después de recibir apenas una ronda de quimioterapia, Wang Yuanjin, de 25 años de edad, teme que no tendrá suficiente dinero para continuar con el tratamiento que mantiene su leucemia a raya. Wang estaba en un trabajo de verano antes de comenzar sus estudios de postgrado, cuando le diagnosticaron la enfermedad hace unas semanas.
La enfermedad ya le ha costado a su familia 110 mil yuanes (17 mil 200 dólares). Eso obligó a sus padres ”productores de soja y trigo en Henan, que ganan unos diez mil 500 yuanes (mil 600 dólares) al año” a pedir prestado a familiares y amigos. Wang estima que es probable que el seguro estatal de salud sólo les reembolsará alrededor de un tercio del total gastado hasta el momento.
El costo del tratamiento de la leucemia es tan alto que algunos de los enfermos simplemente se dan por vencidos sobre la posibilidad de someterse a algún tratamiento. Wang se mudó a una pequeña habitación cerca del hospital y está escribiendo un blog en el que busca donaciones para un trasplante de médula ósea. El costo: 600 mil yuanes (94 mil dólares).
"Mi padre va a ir a casa y venderá todo lo que pueda vender", dijo.